Del programa Alicia en el país del Jueves 17/09/2009

Cuando pienso en esos años de plomo que pasamos, recuerdo primaveras sin flores y me viene inevitablemente a la cabeza el recuerdo del miedo que sentía mi madre cuando algunos de mis hermanos mayores participaba en estas marchas.

Desaparecer, torturar y matar fue el método utilizado por aquellos animales salvajes, que hoy se muestran como gatitos abandonados en medio de la jungla

Desaparecer, torturar y matar las ideas fue la materia que les quedo pendiente.

Se llevaron a los militantes, se robaron a sus hijos, quemaron sus libros y se repartieron sus pertenencias. Pero no pudieron hacer desaparecer al futuro.

El futuro los asechaba, por eso tenían que actuar rápido y efectivamente. Se tomaron la molestia de matar a los jóvenes que pensaban, para que esa fea costumbre de pensar no cundiera en la población.

Triste el destino de un pueblo que no piensa, que no estudia, que no aprende y ellos pensaron para nosotros en el destino mas triste del mundo.

Matar al futuro, fue el objetivo, y cuando veo tanta rubia siliconada, tanta divorciada arrepentida llorando por la billetera perdida, tanta gente sin talento, ni nada para decir, desfilando por la televisión e inundando las hojas de diarios y revistas creo que ellos, aquellos salvajes devenidos en gatitos, ganaron la batalla.

Pero no me resigno.

Mi padre, que no es el mejor padre del mundo, pero es el padre que tengo, me enseñó que, no importa cuantas veces uno se cae, lo importante es levantarse y seguir luchando.

En eso estamos, si cada día podemos pensar que ha sido un buen día, que hoy ya no volverá pero que tenemos mañana para seguir luchando, la lucha no terminara jamas, y alguna bendita vez seremos el pueblo que aquellos jóvenes a quienes les arrebataron el futuro soñaron.

Daniel, María Claudia, María Clara, Francisco, Claudio y Horacio, Pablo, Gustavo, Emilce y Patricia, a pesar de aquella noche, nuestros lápices siguen escribiendo. Gracias

Alicia, Setiembre de algún año, recordando a quienes luchaban por un país mejor