martes, 8 de septiembre de 2009

Payaso!

Ésto dije en mi programa de radio Solos y de Noche, el viernes 4 de setiembre:

Muchas veces se ha escuchado esta palabra, usada como insulto. Muchas veces se ha oído decir "esto un circo...", como calificación de una situación grotesca, ridícula.
No voy a hacer una apología del payaso ni del circo -suficiente apología ya son la serie de relatos que al respecto venimos publicando para eso-, sino que me voy a permitir decir qué es un payaso, y qué es un circo.
Un payaso es un artista, y el circo es un arte. Simple.
Usar un término artístico como forma peyorativa hacia una persona o una situación describe muy bien a quien lo dice...
Ignoro por qué, pero de todas las artes, la circense es la única que se toma como un dardo de burla que se lanza sin piedad; jamas he oído decir "esto es una pinacoteca..." para definir a una circunstancia absurda; o decirle "músico!" a alguien con obvias intenciones de ridiculizarlo.
En nuestro país, el circo es una de las artes madres; nuestro teatro nació del circo.
Y si no oyeron nunca hablar de Frank Braun, fué un payaso ilustre de nuestras tierras.
En algunos países, ser payaso es una profesión; como ser dentista, o profesor de literatura. En algunos países, el circo es una carrera terciaria; como medicina, o arquitectura.
Es curioso que solo aquí se encierren esos términos dentro de la jaula de insultos.
Somos hábiles en ponerle al lenguaje las peores ropas en los mejores significados.
Entérense: si califican de payaso a alguien, no lo están insultando; lo están elogiando. Aunque no lo sepan.

SANTIAGO.

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