sábado, 5 de septiembre de 2009

Reflexiones de Jueves por la noche.

Leído en el programa Alicia, en el país del Jueves 03-09-2009

¿Por qué nos cuesta tanto llamar a las cosas por su nombre?
¿Por qué insistimos en llamar paro agropecuario, al lock out patronal de los dueños de la tierra?

¿Por qué vemos en los pibes de la calle solo a un chorro en potencia y no vemos al niño talentoso que podría haber en ellos desperdiciando su talento a la intemperie y pagando, con su vida, una deuda que no es suya?
¿Por qué si un chico de un barrio acomodado mata a alguien por conducir borracho es un accidente y si un camionero agotado después de 20 horas de laburo te atropella es un homicidio?

¿Por qué si un niño de clase alta le contesta a su maestra con un insulto está ejerciendo su derecho a crecer pero cuando la maestra reta al niño que molesta en clase se la acusa de malos tratos?
¿Por qué no llamamos traidor al que traiciono sus principios uniéndose a otra fuerza, si luego de ganar popularidad con ella también la traicionó?

¿Por qué le ponemos valor de oro a todo lo que nos parece valioso si el oro no vale mas que lo que estemos dispuestos a pagar por él?

¿Por qué nos cuesta tanto recordar lo pasado?
¿Por qué tenemos tanto miedo a los cambios?

¿Por qué cuando los sin casa o sin trabajo cortan la calle son negros de mierda mandados por el chori y el vino, y cuando la ruta la cortan los poderosos que no trabajan sino que explotan a sus peones, son gente de campo reclamando su derecho?
¿Por qué exigimos un congreso que trabaje y cuando el congreso dicta leyes no nos acatamos a ellas?

¿Por qué hace dos años era necesario un cambio en la ley de radiodifusión y hoy que la ley esta para discutirse y ponerse en marcha, esta bien utilizar las leyes de la dictadura?
¿Por qué somos tan fáciles de engañar y creemos todo lo que dice la televisión?

¿Por qué nos acostumbramos a buscar en google y dejamos de usar las enciclopedias?
¿Por qué nos cuesta tanto aceptar la derrota?

¿Por qué no podemos darnos cuenta que cada final es un comienzo, y que siempre volvemos al principio?
¿Por qué no nos damos cuenta que todos estos por qué tienen una respuesta?

¿Por qué no podemos sacarnos ese miedo a todo y enfrentarnos con lo que verdaderamente somos?
¿Por qué si el monopolio del gobierno sobre algunas cosas esta mal el monopolio privado esta bien?

¿Por qué algunos actos del gobierno están mal ahora y no lo estaban hace diez años?
¿Por qué creemos que la protesta es legal o útil cuando la organizan los medios de comunicación y se utiliza una cacerola y no creemos en la protesta de los chicos de una escuela que se derrumba a pedazos en pleno centro de la ciudad?

Nos criamos en este país donde creíamos que todo tenia respuestas, pero cuando salimos a buscarlas nos cortaron las alas. Nos llevaron presos, nos dejaron sin manos para trabajar, y nos hicieron creer que no se podía ser mejores porque ya éramos los mejores. Y cuando vimos la tabla de posiciones no figurábamos ni de casualidad.

Nos hicieron creer que los sueños de un país más equitativo no eran posibles, que no vale la pena pensar, que es mejor no educarse, que es más fácil conformarse con lo que te dan, que pretender tener lo tuyo trabajando o estudiando.

Nos metieron en la cabeza que es mejor tener universidades privadas que escuelas de oficios, y así nos encontramos con muchos ingenieros y arquitectos manejando taxis porque no hay quienes trabajen las obras. Porque creyendo que la educación es tener un campus universitario, se olvidaron que hay pibes en la calle esperando vacantes para la escuela pública.

No encontramos la respuesta a todas estas preguntas porque la respuesta nos involucra, nos compromete, nos hace responsables en las cosas que están mal y por las que no hacemos nada. Siempre nos fue más fácil vivir así, siempre es más sencillo no comprometerse.

Pero, estas preguntas SI tienen respuesta y si de una vez por todas no tomamos cartas en el asunto, seguiremos siendo un país enano.

Se nos están poniendo enfrente las llaves de muchas puertas, hagámonos fuertes y grandes de una vez, tomemos las llaves y abramos las puertas, salgamos y digamos lo que tenemos que decir.

Que no sea más importante un hombre pidiendo bala que un niño pidiendo educación. Que no sea más importante el discurso que los hechos. Que no sean mas importantes los políticos que las ideas.

Que nunca mas, nadie, repita la diabólica frase "algo habrán hecho" cuando se hable de los desaparecidos, que no haya nunca mas historias escritas solo por los que ganan.

Que todos tengamos los mismos derechos para escribir esta historia, esta historia que al fin y al cabo es nuestra historia. Llena de preguntas con respuestas, respuestas que solo encontraremos cuando saquemos nuestros lápices y empecemos a escribir la parte de ella que nos corresponde.

Alicia
03-09-2009
Luchando por un país mejor

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